lunes, 25 de abril de 2011

Vida en Pareja: "Sexo"


Un sexo grandioso... ¿con mi esposo?


Secretos para reavivar el fuego en el matrimonio. Dicen que el matrimonio mata la pasión, y en muchos casos es así, Pero algunos tips pueden ayudar a revivir esa llama en el lecho conyugal.




Mucha gente teme que la intensidad de su vida sexual disminuya después de casarse. Incluso hay bromas que señalan, con crueldad, que el matrimonio es la tumba del sexo. Pero esto no tiene por qué ser así. Si bien la rutina y las obligaciones pueden ser obstáculos muy grandes para mantener el deseo, con un esfuerzo de ambas partes se puede avivar la llama de la pasión aún después de haber cumplido las bodas de plata.

Aquí algunos tips para que usted, señora, vuelva a sentir las delicias de sexo junto a la persona con la que eligió pasar el resto de su vida. Y para que usted, señor, vuelva a desear a su mujer... como si fuese ajena.

El sexo como refugio

Habrá ocasiones en las que la carrera, la familia, los chicos y otras tareas copen sus agendas y bloqueen la posibilidad de pasar más tiempo juntos. Incluso sentirán que se desconectan. Cuando experimenten esos ratos, no dejen el sexo al margen. Usen el poco tiempo juntos para ponerse juguetones y escaparse un poco del mundo. Eso les dará complicidad y algo que compartir entre ustedes y nadie más.

No la mire como su esposa

Sí, es el amor de su vida, la madre de sus hijos y la diosa del hogar, pero si quiere tener buen sexo con ella, olvídese de todo eso. Cuando estén en la intimidad, permita a su imaginación ponerse salvaje y piense en ella como una gatita sexy y anímela a cumplir su parte. Tenga en mente solo la intensa atracción que ustedes sintieron la primera vez. Olvídese de que se casaron alguna vez y conviértala en su amante.

Zona sin niños

Tener un buen sexo con su esposa requiere que ambos den un paso fuera de sus vidas cotidianas y se enfoquen uno en el otro. Si son padres, eso significa que van a tener que designar un espacio en la casa para “cosas de adultos”. Con ese fin, consideren convertir su dormitorio en un área “prohibida para niños”. Normalmente, los chicos ocupan toda la casa, pero si saben que el dormitorio de mamá y papá está más allá de los límites, se acostumbrarán a la idea.

Prohibidos los pijamas

Es sabido que mucha gente –especialmente los hombres– siente que está bien dejarse estar después de hacer los votos matrimoniales. Desgraciadamente, esa actitud los llevará derechito a los problemas sexuales. Vale la pena tomarse la molestia de verse atractivo para la esposa/o, de lo contrario, ella/él perderá el interés de tener intimidad con usted. Eso significa nada de buzos o pijamas viejos en la cama. Si usted puede invertir en un nuevo terno o un vestido para una fiesta, ¿por qué no en una prenda bonita que lo/la haga ver atractivo/a? Deslícese bajo las sábanas vestido/a con aquello que su cónyuge considera que le queda bien o, mejor aún, sin nada encima.  

No se sienta muy cómodo

Muchos hombres piensan que, tras la boda, ya pueden portarse con la mujer como si estuvieran solos y sentirse tan cómodos que se olvidan de los modales. Nada queda en ellos del hombre que se acicalaba para ser atractivo ante los ojos de la chica que les gustaba. No bañarse, expulsar gases sin control, besarla sin cepillarse los dientes, son faltas de respeto y no muestras de confianza. Un buen tip es que siempre piense si haría lo que está haciendo frente a una mujer atractiva que no fuera su esposa. 

Compartan sus fantasías

El mayor beneficio del sexo en el matrimonio es la confianza de compartir aspectos de su sexualidad que no compartiría con otra persona por el temor de no causar una buena impresión. Deje salir sus fantasías, destierren los prejuicios y déjense ir más allá de las fronteras para explorar la sexualidad con la persona con la que envejecerá.



Fuente: http://www.larepublica.com.pe/impresa/un-sexo-grandioso-con-mi-esposa-2011-04-08 

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